Descripción
En 1948 un joven artista con ganas de ver mundo, James Houston, decidió visitar el Ártico canadiense. Fascinado por la vida de los escasos pobladores, los inuit, compartió los doce años siguientes con ellos. Aprendió su lengua, vivió en sus iglúes, cazó morsas y viajó en trineos. Con mucho humor y un gran ritmo narrativo, Houston nos ofrece un retrato inolvidable del pueblo inuit, una cultura en vías de desaparición.